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Mostrando entradas de julio, 2011

Una jaula...

Construiré una jaula  mas no una de esas llenas de barrotes y soledad; llenas de fantasmas en las esquinas y canciones amargas que nos asusten. No, quiero construir una jaula de besos, miradas, flores y sábanas, donde te sientas libre y aún, encerrado en mi piel, te quieras quedar en ella. Donde sólo estemos tú y yo. Donde nada más importe. Luces apagadas, besos que rompen el silencio, soñando a tu lado. Seremos dos ruiseñores que no dejan de cantar, seremos dos amantes, seremos uno. Prometo esconder la llave para que nunca te vayas.

Un sueño

Te vi, estabas parado en las escaleras con tu gran suéter azul y una sonrisa. Me acerqué y te abracé, por un momento sentí que el mundo se había detenido pero me soltaste. Nos dirigimos al lugar de siempre. Unas cuatro paredes y una cama. Me besaste. Sentí ese escalofrío por todo el cuerpo, justo como en los viejos tiempos. Poco a poco el beso se tornó con más pasión y las ropas iban cayendo a los lados de la cama. Sentía tus manos recorrer mi cuerpo. Sentía tu aliento rozar mi piel. Sentía cada parte de ti en mí y lo único que hacía era pensar en cuanto extrañaba estar junto a ti, llamarte amor o sólo besarte cuando me diera la gana, donde me diera la gana. El ambiente se torno rojo con un poco de azul. Tus besos ahogaban mis gemidos y tus manos jugueteaban. Entre cada descanso una sonrisa soltaba pero también una lágrima recorría mis mejillas pensando que esto acabaría pronto. Tu calor, tu mirada, tu cuerpo, estabas allí pero no por mucho tiempo. Me abrazaste tan fuerte y