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Mostrando entradas de junio, 2015

Desaparecer en un sueño

Te contaré un sueño que tuve. Fue un viernes, era tarde. Me acosté a dormir llorando, no recuerdo muy bien el por qué. En mi cabeza sonaba una canción pegajosa que me hace viajar, me hace soñar con lugares lejanos. Cerré los ojos y lo primero que vi fue tu cara. Tus ojos eran pequeños pero había algo familiar en ellos. Me viste y te sonreiste, sabías que estaba allí por ti. Me tomaste entre tus brazos e hiciste una casa con ellos. Se sentía cálido, se sentía como un hogar. Comenzamos a movernos al ritmo de la canción que sonaba en mi mente. Todo era perfecto. Las estrellas comenzaron a brillar y a bañarnos con su luz. Nos acostamos en la grama para ver las estrellas. Me contaste sobre ti, sobre tus sueños, sobre quien querías ser. Te conté sobre mis miedos, mis llantos y mis risas. Tomaste mi mano entre la tuya y me besaste. Todo mi cuerpo se estremeció, fue como una descarga eléctrica. Fue como volver a mi cuerpo después de estar perdida mucho tiempo. Fue volver

Naufraga

Estoy en un lugar donde jamás pensé regresar. Me ahogo como un naufrago a medio camino de llegar a la orilla y solo puedo ver todo lo que espero lejos de mi. Veo tus pecas como estrellas en el cielo, solo puedo contarlas. Este sentimiento me carcome por dentro, poco a poco. Una vez estuve aquí. En unas escaleras, en un cuarto, en un carro, esperando. La verdad, tengo miedo. No logro sacar esa sensación de dentro de mi pecho. Las ganas de llorar se juntan y juegan a las escondidas; ellas vienen y van. ¿Por qué? ¿Por qué a mi? Ya estoy cansada, agotada, pero ya no hay mucho que pueda hacer sino dejar que la marea me lleve. Dejaré que me lleve junto con mis lágrimas y mis ganas de ser. Dejaré que tal vez me lleve a la orilla o me deje acostada en la arena de otra isla. Dejaré que me ahogue entre sus olas. Me dejaré llevar. Veremos qué sucede. Veremos si te encuentro.