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Mostrando entradas de enero, 2013
Vayamos directo al grano, s olo quiero jugar un rato. Tengamos sexo, solamente eso. Ese juego carnal que los buenos pecadores entienden. Ese sexo sucio y apasionado de una sola noche. Nada de pláticas de cómo va tu vida o cómo va la mía. Quiero q ue tus labios ahoguen mis quejidos y tus gemidos atiborren la  habitación. Quiero ver tu cara llena de placer y tus ojos viajando a otra  órbita, una lejana.  Tus manos buscando placer en mi cuerpo, q ue se aferren a mi piel, atrapándome en ti.  Que sientas que estamos tan cerca que duela.   que desees más y más hasta que ya no puedas. Que recuerdes todo lo que un día fue, que el corazón palpite fuerte pero que no olvides lo que esto es.    La verdad es que sólo necesito ese vacío que hay entre los dos para olvidarme de quien eres, de lo que fuimos. 
Cierra los ojos, siente el vaivén del mar, el silencio de la noche y el resplandor de la luna. Cierra los ojos, sumérgete en ese momento, piérdete en él... Déjate borrar para no verte ahora, para no verme siempre. Bórrate, desaparece. Encuentra la paz. Me recosté en el frío piso, sentí cada vello de mi cuerpo erizarse por aquella dulce caricia. La música invadía el lugar, los acordes, las voces, el eco chocaba con mis oídos. Mis párpados eran pesados y la oscuridad me invadía, me tomaba entre sus brazos y me sumergía en la desesperada calma, haciéndome recordar. Tú.