Cierra los ojos, siente el vaivén del mar, el silencio de la noche y el resplandor de la luna.
Cierra los ojos, sumérgete en ese momento, piérdete en él...
Déjate borrar para no verte ahora, para no verme siempre. Bórrate, desaparece.
Encuentra la paz.

Me recosté en el frío piso,
sentí cada vello de mi cuerpo erizarse por aquella dulce caricia. La música invadía el lugar, los acordes, las voces, el eco chocaba con mis oídos.

Mis párpados eran pesados y la oscuridad me invadía, me tomaba entre sus brazos y me sumergía en la desesperada calma, haciéndome recordar.
Tú.


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