Un sueño

Te vi, estabas parado en las escaleras con tu gran suéter azul y una sonrisa. Me acerqué y te abracé, por un momento sentí que el mundo se había detenido pero me soltaste.

Nos dirigimos al lugar de siempre. Unas cuatro paredes y una cama. Me besaste. Sentí ese escalofrío por todo el cuerpo, justo como en los viejos tiempos. Poco a poco el beso se tornó con más pasión y las ropas iban cayendo a los lados de la cama. Sentía tus manos recorrer mi cuerpo. Sentía tu aliento rozar mi piel. Sentía cada parte de ti en mí y lo único que hacía era pensar en cuanto extrañaba estar junto a ti, llamarte amor o sólo besarte cuando me diera la gana, donde me diera la gana.

El ambiente se torno rojo con un poco de azul. Tus besos ahogaban mis gemidos y tus manos jugueteaban. Entre cada descanso una sonrisa soltaba pero también una lágrima recorría mis mejillas pensando que esto acabaría pronto. Tu calor, tu mirada, tu cuerpo, estabas allí pero no por mucho tiempo. Me abrazaste tan fuerte y sentí que el mundo se detuvo, sí, esta vez sí se detuvo o eso hubiese querido yo… Quedarnos debajo de esas sábanas para siempre, eso era lo que quería.

Salimos y el sol nos baño en su luz. Cada quien por su camino pero te devolviste, sentiste que te necesitaba, lo hiciste, por primera vez te volteaste y me preguntaste.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Tómame de la mano

The boy who lived rent-free