Él no tiene ni pies ni cabeza, creo que solo existe en mi imaginación.
Su cara es pixelada al igual que sus abrazos.
Hablamos todas las noches sobre el qué será y el qué no será,
sobre castillos y cuerdas de saltar,
sobre tantas cosas que pierdo la cuenta.
Me gusta tanto que he pensado varias veces en hacerlo realidad,
o en quedarme con él dentro de ese mundo que juntos creamos.
Una parte de mi piensa que él podría ser el indicado,
- y hay veces en que le creo a esa parte -
que él podría sacarme de mis delirios,
que él podría,
que él...
Pero no lo sé.
Es una disyuntiva que hace que me coma las uñas y diga su nombre.
Quisiera haber soñado antes con él, quisiera tantas cosas
pero sé que nada es posible
y esa es la parte triste de la historia.

Mentira, hay algo peor... Esperaría por él porque estoy enamorada de un sueño.

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